Si un día te vienes conmigo de compras, hay dos cosas que tienes que saber.
La primera, me gusta ir de compras , sí, pero sola. Soy un poquito antisocial, que le vamos a hacer... Pero prometo poner mi mejor cara, y sobretodo, que la mejor parte vendrá después, cuando nos vayamos a comer o a tomar un café juntos, y podamos charlar horas y horas... En un sitio bien mono, eso sí, que tenemos que hacer foto para poder colgarla luego en Instagram ;)
Y la segunda, que normalmente, lo que me gusta mirar en una tienda, nada más entrar allí, es la decoración...Ver que tipo de iluminación han usado para que parezca un sitio más grande, si la mesa del centro donde están las camisetas dobladas, es tan ancha que casi no deja espacio libre, pero es vintage y tan bonita, que se tenía que poner...
Aunque mi pequeña obsesión deco, en lo que siempre me fijo primero, son los estantes. Desde el modelo Omar de Ikea, perfecto para pasar desapercibido pero con un punto industrial, hasta las estanterías más originales creadas con materiales reciclados.
Y hace unos días, mientras me enamoraba de unos estantes de tablones de madera y tela de gallinero que servían para mostrar las especies en un colmado moderno, me acordé que en el blog, nunca le había dedicado una entrada a esas estanterías y estantes flotantes rústicos, aquellos en los que su belleza radica en su sencillez, en su esencia recuperada que los hace únicos...Perfectos para un escaparate, pero también como mesilla de noche. Así que el post de hoy, va dedicado a ellos...
¿Los vemos juntos?
Si has leído hasta aquí, y te parece que ir de compras conmigo es un auténtico rollo, lo entiendo, y quedaremos directamente para ir a tomarnos ese café en el sitio cuqui ;)
Un abrazo,
Kat
2 comentarios:
¡Quedan ideales Kat!
Me gusta tu blog y desde hoy te sigo.
Besos
Muchas gracias Isabel, eres muy amable!! Un saludo!
Publicar un comentario